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martes, 15 de agosto de 2017

La tendinitis del Psoas o Psoítis en corredores

Siguiendo con las lesiones del corredor, la tendinitis del Psoas o Psoítis, como tambien se le conoce, es de las menos frecuente, pero no menos importante.

El músculo iliopsoas se divide en dos porciones: el psoas mayor, que se inserta proximalmente en la cara lateral de las vértebras lumbares y distalmente su tendón se ancla en el trocánter menor del fémur; y la porción iliaca que nace en la fosa iliaca y distalmente se une al psoas mayor para terminar directamente en el fémur. Debido a su disposición anatómica su función o acción principal es la flexión de la cadera.

Es un músculo muy reclutado durante la carrera y por ende este gesto repetitivo producirá una sobrecarga en su tendón, cuya consecuencia final será la inflamación del mismo, una tendinitis.  En este cuadro también pueden verse involucrados otros músculos de esta región como son los adductores y abdutores, el glúteo medio e incluso tensor de la fascia lata.

Para ver: Conoce el músculo Psoas Iliaco y su importancia para los corredores – YouTube 

El dolor de la psoítis por lo general se presenta en la región inguinal, aunque también puede irradiarse hacia la parte anterior del muslo y por detrás hacia la zona lumbar. Este músculo tiene una importante relación con el dolor de la parte baja de la espalda. Así que, si tenemos un psoas muy contraído y/o acortado se  producirá un aumento de la curvatura de la parte baja de la espalda, lo que se conoce como lordosis y este aumento de la curva se traducirá en dolor por el estrés ocacionado en esta zona.

Algunas causas de acortamiento del músculo iliopsoas son una posición sedente mantenida, alteraciones viscerales, alteraciones posturales y algunos desajustes que se producen en el hueso ilíaco y la pelvis como consecuencia de desequilibrios musculares.

Lee también: Alteraciones posturales y actividades laborales | Soy Maratonista 

Como siempre la recomendación es acudir a un especialista, mantener la flexibilidad y ser conservador y conciente con los planes de entrenamiento.

Y  ante todo, ¡escucha tu cuerpo!

 

Fuente: Travell y Simons. Dolor y disfunción miofascial.

Foto: Thinkstock

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