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martes, 31 de mayo de 2016

¿Puedo comenzar a correr siendo un fumador?

Correr y fumar

El tabaquismo o hábito de fumar es quizás uno de los vicios más perjudiciales para el ser humano. La relación entre los efectos adversos del cigarrillo en prácticamente todos los tejidos y el aumento de la incidencia de un gran número de neoplasias o cáncer se han demostrado científicamente y se han publicado las advertencias médicas y epidemiológicas para prevenir a la población sobre los riesgos del fumar.

Comenzar a realizar una actividad física o practicar una actividad deportiva a cualquier edad se ha demostrado mejora la salud y disminuye los riesgos de enfermedades como: los problemas de las arterias coronarias, la hipertensión arterial, la diabetes no insulino dependiente, la osteoporosis y hasta el riesgo de padecer cáncer de colon.

El hecho de ser un fumador ya implica ser menos saludable y presentar un riesgo más alto que la población general para sufrir enfermedades cardiovasculares, pulmonares, y ciertos tipos de cáncer.

Correr, es una actividad deportiva relativamente sencilla y de bajo costo que puede iniciarse de manera progresiva con el objetivo de mejorar la salud, pero los fumadores tendrán que tomar en cuenta que deben comenzar con mucha cautela y siempre bajo la vigilancia de un médico, pues los estudios científicos han demostrado que el sistema cardiovascular (corazón, arterias y venas) y pulmonar son los que sufren las mayores alteraciones asociadas a la toxicidad de los químicos contenidos en el cigarrillo, la nicotina y el dióxido de carbono.

Entre los efectos nocivos del cigarrillo, los vasos sanguíneos demuestran cambios y alteraciones en su grosor, en la capacidad de vasodilatación, se altera el balance de los sistemas de coagulación sanguínea, se producen sustancias inflamatorias, se disminuye la capacidad de transporte de oxígeno, lo cual en última instancia produce la enfermedad ateroesclerótica de las arterias, no solo del corazón (arterias coronarias) sino de las arterias periféricas y del sistema nervioso central, produciendo obstrucción del flujo sanguíneo al corazón, al cerebro y a las arterias periféricas, principalmente de los miembros inferiores. El efecto del cigarrillo sobre la capacidad del corazón de aumentar la frecuencia cardíaca como respuesta al ejercicio, la necesidad extra de oxígeno del músculo cardíaco, producen también alteraciones del ritmo cardíaco o arritmias e isquemia del miocardio.

El sistema pulmonar, se altera disminuyendo la capacidad ventilatoria desde el punto de vista mecánico, produciendo la Enfermedad Bronco Pulmonar Obstructiva Crónica, que disminuye la capacidad de movilizar las secreciones bronquiales (componente de bronquitis crónica) y la espiración (componente enfisematoso). Además se altera el transporte de oxígeno del alvéolo pulmonar a la sangre, se altera el sistema inmunológico y se aumenta la vulnerabilidad a enfermedades infecciosas de las vías respiratorias.

El tabaquismo, entonces, al alterar de manera directa los dos sistemas más importantes involucrados en la respuesta al ejercicio, el cardiovascular y pulmonar, disminuye el nivel funcional del fumador, en cuanto al consumo de oxígeno, el metabolismo muscular, el flujo sanguíneo a los miembros inferiores y la ventilación, lo cual hace aún más difícil la adaptación progresiva para pasar de caminar en la vida diaria, a caminar a paso vigoroso, caminar-trotar, hasta finalmente lograr correr. Esto hace que un fumador que quiera iniciarse en esta actividad deba ser más consciente al momento de aumentar las cargas para no sentirse fatigado en exceso, ni sufrir la “falta de aliento” que aparecerá inicialmente con el ejercicio. Su capacidad para “entrenarse” y adaptarse será más lenta que en un no fumador, independientemente de la edad. Sentirá sus piernas pesadas (pobre flujo sanguíneo), sus músculos estarán más adoloridos por mayor fatiga metabólica en ausencia de oxígeno, por lo tanto hasta sus músculos se adaptarán más lentamente a esta nueva carga que amerita el correr.

Es de vital importancia que un fumador, sedentario, que quiera iniciarse en la actividad de correr, sea evaluado por un médico, pues sus riesgos de presentar una enfermedad coronaria, una arritmia o una hipertensión son más altas que en la población general y debe conocerse su capacidad funcional y sus limitaciones con una prueba de esfuerzo realizada bajo la supervisión de un Cardiólogo. Deben además descartarse obstrucciones arteriales periféricas en las principales arterias, desde la principal, la aorta, hasta las arterias que llevan sangre a los miembros inferiores.

El fumador presentará también menor capacidad de mover sus secreciones bronquiales por lo cual al correr, sobre todo a alta humedad y baja temperatura (en las mañanas o atardecer) aumentará sus secreciones bronquiales, presentará tos, y sentirá mayor limitación al respirar que un no fumador, con el riesgo aumentado de sufrir una infección respiratoria en vías aéreas superiores (nariz y garganta), así como vías aéreas inferiores (bronquios y pulmones). Muchas veces el fumador va a necesitar mejorar estas limitaciones con el uso de medicamentos inhalados que deben ser indicados por un médico Neumonólogo.

Lo más importante es conocer los riesgos asociados a ser fumador, y evaluar el riesgo cardiovascular antes de iniciarse en la actividad de correr, idealmente, si el objetivo es ser más saludable, se debe pensar por supuesto en DEJAR DE FUMAR; lo cual no solucionará de manera inmediata el riesgo de enfermedad, pero ayudará a que los cambios fisiológicos asociados al ejercicio ocurran con menor dificultad. A esto, estando comprobado que el sólo inhalar las toxinas de un cigarrillo, de manera inmediata produce que las arterias coronarias y periféricas se contraigan bruscamente, disminuyendo su calibre y capacidad de transportar oxígeno y nutrientes tanto al músculo cardíaco como al músculo estriado de las extremidades.

A modo de reflexión, aún los no fumadores se perjudican al respirar humo y toxinas de segunda mano, como fumadores pasivos, si en el ambiente donde practican ejercicio se encuentra alguien fumando, un corredor sentirá inmediatamente el efecto del humo en sus vías respiratorias y peor aún, sin sentirlo sus arterias coronarias disminuirán el flujo sanguíneo a su corazón….

Mejorar la salud con el ejercicio, especialmente el correr, debe ser el objetivo real cuando se inicia este tipo de actividad, el tabaquismo constituye un riesgo alto de enfermedades que solamente disminuirá de manera progresiva al combinar ambos procesos, DEJAR DE FUMAR y PRACTICAR EJERCICIO FÍSICO.

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Fuentes: U.S. Department of Health and Human Services. The Health Consequences of Smoking: A Report of the Surgeon General. Atlanta: U.S. Department of Health and Human Services, Centers for Disease Control and Prevention, National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion, Office on Smoking and Health, 2004 [accessed 2012 Jan 10].

 

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