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jueves, 2 de noviembre de 2017

Cómo saber cuando cambiar tus tenis para correr y precauciones al usar los nuevos.

Por eso, hay dos formas de identificar cuándo debemos cambiarlas: una es contabilizar los kilómetros, pues por diversos experimentos realizados por las diversas fábricas, las zapatillas empiezan a deformarse a los 500 kms. De allí nuestra recomendación que a los 700 kms. ya las cambien.
Pero si no contabilizamos la distancia que recorremos con ellas, hay otros indicadores que pueden guiarnos a tomar la decisión de un cambio de calzado:
• Suela desgastada: si al observar la suela de la zapatillas observamos un evidente desgaste estamos ante un indicador de necesidad de cambio, pues ya el calzado no nos sujetará como antes ni nos contendrá al tener un apoyo más fino.
• Puedes doblar la zapatilla: salvo excepciones como las zapatillas extremadamente flexibles, si puedes doblar perfectamente el calzado casi uniendo la punta con el talón del mismo, indica que la entresuela está gastada y necesita renovación.
• Poca amortiguación: si te das cuenta que al correr las zapatillas producen un ruido como si golpeara contra la superficie, significa que la amortiguación está disminuida y por lo tanto, no es aconsejable continuar corriendo con ellas.
• Contrafuerte volcado hacia un lado: el contrafuerte es la parte trasera de la zapatilla que da sostén al talón y contiene al pie evitando la sobrepronación, por ejemplo. Si ésta zona está inclinada hacia un lado y no perpendicular al suelo, es porque ya nuestro uso ha afectado su forma y necesita cambio.
Ahora, si has pasado de correr con unas zapatillas viejas a correr con otras nuevas, notarás la diferencia. El tipo de pisada, la comodidad, el peso e incluso alguna molestia. Cuando llega el momento de cambiar de zapatillas, debemos saber que necesitamos de un período de adaptación.
Cuando estamos acostumbrados a correr con unas zapatillas, las amoldamos a nuestra pisada y nuestro estilo de carrera. Pasar a correr con unas nuevas cambiará mucho las sensaciones, incluso la manera en que nuestros músculos o articulaciones trabajan, por eso, si cambias de zapatillas, tómate un período de adaptación.
Lo ideal es usar en simultáneo un tiempo los dos pares de zapatillas, alternativamente. Por ejemplo, con las viejas seguimos haciendo los rodajes largos y con las nuevas podemos empezar por hacer rodajes más cortos de 4-6 kilómetros, así minimizamos el número de impactos con esta nueva situación, evitando posibles dolores o pequeñas lesiones. También podríamos utilizar las nuevas zapatillas para andar o utilizarlas más de diario, ya que el impacto no será tan fuerte, pero iremos amoldando nuestra forma de pisar y adaptándonos a la nueva zapatillas.
Si estamos acostumbrados a correr más de 30-40 kilómetros semanales y cambiamos de zapatillas, lo normal es que aparezcan molestias o no rindamos lo mismo. Por eso, necesitamos de un período de adaptación hasta pasarnos totalmente a las nuevas zapatillas.
Foto: www.runaddicts.net
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