Los corredores no elegimos las condiciones climatológicas: aceptamos el día que nos sale y nosotros corremos. Así de simple. Lo que pasa es que hay días que salen calurosos y cada vez se presentan olas de calor con peligrosa frecuencia.
No digo que haga algo de calor, me refiero a esos días en los que casi no se puede respirar, días de calor asfixiante en los que el simple hecho de poner un pie en la calle es una heroicidad.
¿Y qué hacemos?
Porque a los runners nos cuesta muchísimo renunciar a un entrenamiento. Con temperaturas extremas, ¿entrenamos o no entrenamos? Qué es peor, ¿salir a correr y morirse de calor o quedarse en casa y morirse de la ansiedad? En fin, tomémonos las cosas con calma, que siempre hay opciones intermedias.
En este vídeo os paso mis consejos y recomendaciones para esos días de mucho calor. Debe imperar el sentido común y tenemos que dar prioridad a nuestra salud, ¿de acuerdo? A partir de esa premisa, y veamos qué podemos hacer.
J.
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