Muchas veces puede presentarse la duda de si el dolor que se padece es muscular o si en cambio dicha afección tiene su origen en las articulaciones. Para esto tendríamos que primero preguntarnos ¿Qué es el dolor? Y ¿Cómo funciona esta reacción de nuestro organismo?
El dolor corporal
Cuando hablamos de dolor, lo principal es entender que este es una respuesta de nuestro sistema nervioso ante lesiones corporales o agentes externos. Esta reacción aunque puede llegar a ser desagradable nos previene y protege de aquellas afecciones o agentes los cuales pueden afectarnos a largo plazo y, de no ser tratados, convertirse en un problema permanente que compromete nuestra salud.
Por lo que realmente tenemos mucho que agradecer al dolor, algo que muchos consideran como punto débil, cuando en cambio es una de nuestras mayores herramientas evolutivas como seres vivos, ya que visto desde otro ángulo, de no sentir dolor podríamos ser más vulnerables a problemas los cuales al no obtener respuesta del cuerpo, nos dañarían con mayor facilidad.
¿Dolor post-entrenamiento?
Lo que conocemos como dolor post-entrenamiento, no se trata más que un dolor muscular, el cual usualmente corresponde una reacción inofensiva pero molesta tras de la actividad física.
Esto sucede cuando el nivel de entrenamiento realizado supera con creces el nivel de entrenamiento usual, por lo que tras entrar en etapa de descanso, el cuerpo produce estrés en las estructuras musculares que generalmente se entrenan menos y como reacción al ejercicio se genera dolor.
¿Cómo lidiar con ellos?
Ahora bien, lo primero que debemos saber es aprender a diferenciar entre los tipos de dolor, de modo que si somos capaces de reconocerlos, sabremos como tratar la zona afectada y sanarla adecuadamente, esto con ayuda de profesionales y productos como los que ofrece Dolifaes.
De acuerdo a su tipología, el dolor puede llegar a ser crónico (que se mantiene de manera prolongada en el tiempo) o agudo, ese que aparece de manera repentina a causa de una lesión, enfermedad o inflamación y luego desaparece.
Por otra parte, y es de la que queremos ocuparnos, es aprender a diferenciar el dolor muscular y el articular.
¿Músculo o articulación?
A diferencia entre estos dos tipos de dolor se hallan básicamente en su origen, como bien lo describen sus nombres, ahora bien:
- Los dolores musculares, también conocidos como mialgias, suelen asociarse a lesiones y desgarros en los músculos que pueden ser ocasionados por sobreentrenamiento o movimientos perjudiciales a la musculatura y a nuestra fisionomía. No obstante, estos no suponen mayor riesgo y tan solo con reposo y terapias sencillas (en caso de que lo amerite) sanan con el tiempo en su gran mayoría, aunque pueden presentarse casos más severos.
- Los dolores articulares por otra parte, suelen manifestarse en articulaciones o en áreas adyacentes a las mismas. En el caso de estas, su presencia puede ser indicio de una problemática de mayor grado derivada en condiciones o trastornos inflamatorios, como la artritis, artrosis, reumas u otras condiciones de este orden de incapacidad funcional.
Prevención en el entrenamiento
Los atletas y deportistas deben mantenerse alerta ante cualquiera de estos dos, sobre todo porque si no son tratados a tiempo, los mismos pueden llegar a incapacitar indefinidamente al runner, razón por la que la prevención y cuidado deben siempre mantenerse como máxima prioridad.
Si bien el dolor es parte del proceso de formación del cuerpo a la hora de entrenar, si nos referimos a dolores en respuesta a condiciones o lesiones, estos ya deben ser vistos con la seriedad que ameritan, a continuación mostramos algunos ejercicios o medidas para prevenir el dañar a nuestro cuerpo durante el ejercicio:
- Calentamiento y estiramiento: estos nunca pueden faltar antes y después de entrenar, ya que es bien sabido que estos simples ejercicios ayudan al flujo sanguíneo y a relajar los músculos.
- Caminatas cortas: otra medida bastante completa es terminar el entrenamiento con una caminata corta, a fin de ir relajando los músculos y el cuerpo progresivamente, sin tener que parar de golpe.
- Progresiones en el entrenamiento: es importante que a la hora de subir la intensidad al entrenamiento, esto se haga con cuidado y de manera lenta y progresiva, ya que si el aumento de intensidad es brusco y desmedido a tus condiciones y resistencia, podrías sobreentrenar al cuerpo, quemar los músculos y articulaciones y desencadenar problemas a largo plazo.
- Utilizar productos que ataquen estos problemas, como los de Dolifaes, una nueva gama de soluciones específicas formuladas para aliviar eficazmente el dolor muscular y articular, tanto puntual como crónico.
- Importante no usar antiinflamatorios o derivados de este ya que no ayudará ni causará efectos positivos a largo plazo.
Cuidar nuestro cuerpo es nuestra mayor responsabilidad y si lo mantenemos en óptimas condiciones, podremos disfrutar de una vida plena y llena de salud y en armonía con este.
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