La escogencia de una buena zapatilla no es algo que debe dejarse al azar, en especial cuando se trata de entrenamientos largos. Los corredores acostumbrados a un alto volumen de kilometraje durante sus entrenamientos lo saben y por esa razón demandan mucho de sus zapatillas.
Como cualquier calzado, las mejores zapatillas para correr largas distancias dependerán de tu forma de correr, peso, preferencias y objetivos.
¿Cómo debe ser la zapatilla para entrenar largos?
Aunque la zapatilla ideal es aquella que se ajusta mejor al pie de cada corredor, es decir a su tipo de pisada, en lo que respecta a los entrenamientos de largas distancias, vas a necesitar que las zapatillas no sólo sean suaves para poder amortiguar cada zancada en el duro pavimiento.
También deben ser firmes para darle al corredor un empuje adecuado en cada kilómetro y darle al pie la protección que requiere para soportar largas horas de entrenamiento. Por lo tanto también debe contar entre sus características la ligereza.
Asimismo, la durabilidad y la comodidad también tienen importancia, por eso no debe ser la misma zapatilla que usas para entrenamientos cortos y mucho menos para caminar. Ten en cuenta que la zapatilla para entrenamientos largos es seguramente la que llevarás más tiempo puesta por eso debe ser de calidad pues no querrás comprar un par nuevo cada mes.
Tanto si estás entrenando para un maratón como si simplemente estás aumentando tu volumen de kilometraje semanal, lo más recomendable es ubicar la indicada para tu tipo de pisada en páginas como la española Runfit que se dedica a evaluar las mejores zapatillas de acuerdo al trabajo que el atleta o corredor desea realizar.
¿Qué debemos buscar?
Las mejores zapatillas para correr largas distancias deben tener varias características comunes como durabilidad, comodidad y valor. Sin embargo, la recomendación de los especialistas es emplear para los largos zapatillas con puntas más anchas y una parte superior más amplia en caso de que tus pies tiendan a hincharse debido al esfuerzo.
Por lo general, a los corredores más experimentados suele irles mejor con una zapatilla sencilla, minimalista pues ya tienen una mecánica de carrera más definida, por lo que no necesitan un zapato con tanta amortiguación, mientras que aquellos que recién comienzan la actividad valoran una zapatilla de correr que les proporcione más amortiguación para evitar las lesiones.
También es importante tomar en cuenta que sea una zapatilla con una suela duradera. como aquellas de caucho solido. Runner's Word recomienda aquellas que cuenta en su entresuela con espuma de poliuretano termoplástico (TPU) puede proporcionar más longevidad que la espuma de acetato de vinilo de etileno (EVA), aunque suele añadir más peso a la zapatilla en general. Por este motivo, muchas marcas de calzado han desarrollado sus propias mezclas que incorporan una combinación de ambas espumas.
En la actualidad, uno de los materiales más ligeros y con mayor capacidad de respuesta de la entresuela es un elastómero de amida en bloque de poliéter, normalmente conocido como Pebax. Lo encontrarás utilizado en espumas de gama alta como la ZoomX de Nike y la Pwrrun PB de Saucony; el inconveniente es que es caro. Aquí tienes más información si quieres profundizar en lo que hace una buena zapatilla de correr.
Por último, si está entrenando distancias más largas es probable que tus zapatillas se desgasten más rápido. Los signos incluyen: la parte superior está desgastada o desgarrada, la suela se está alisando, hay una compresión notable en la espuma de la entresuela, sientes dolor en el pie o la rodilla cuando corre (si no lo tenía antes) .
Fuente: Runnea/ Runner's World
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