La realización de actividades físicas ha ido en aumento en los últimos dos años debido a la pandemia del COVID-19. Más personas comenzaron a hacer algún tipo de deporte dentro o fuera de casa, siendo correr una de las actividades físicas preferidas.
En lo que respecta al running, y más cuando se comienza, las inquietudes más frecuentes giran en torno a cómo entrenar; qué entrenamiento seguir; si solo siguiendo un plan personalizado o con un coach; frecuencia; intensidad, entre otros.
Ese entusiasmo inicial nos hace no tener en cuenta otros aspectos igualmente importantes para sacarle provecho a un deporte como este. Como queremos entrenar todos los días o con mucha intensidad, olvidamos que el descanso también conocido en el mundo del running como el entrenamiento invisible, influye tanto como el plan de entrenamiento en los resultados que se obtengan de acuerdos a los objetivos o metas que te hayas propuesto al correr.
Calidad y cantidad
Entre esos aspectos que forman parte del entrenamiento invisible están el descanso, la alimentación, la hidratación; un masaje, practicar yoga, meditación o nadar, que inciden en una buena recuperación y, por tanto, en una mejora notable del rendimiento.
El descanso es uno de los aspectos que más se deja de lado. Y resulta que un sueño reparador y tiempo dedicado a la recuperación son tan importantes como la propia carrera.
El sueño y el descanso deben formar parte fundamental en la vida de una persona que ha comenzado a correr. Por esa razón, es importante observar la cantidad y la calidad del sueño, así como de los períodos de descanso.
Revisa los detalles
Un buen dormir permite al organismo reparar, regenerar y estabilizar sus funciones orgánicas; oxigenar tejidos; e incluso desarrollar el sistema nervioso y ordenar los procesos mentales.
Por eso, es bueno revisar aspectos como el entorno en el que se va a descansar: la luz, la temperatura, el ruido, la ventilación de la habitación; contar con una guía para encontrar el mejor colchón que haga más placentero el descanso; la rutina previa antes de ir a descansar (desconexión de aparatos electrónicos, comida, actividades de entretenimiento); así como el tiempo de sueño (hora de dormir, hora de despertarse, rutinas que inciten al descanso durante el día) para asegurarte de que, en efecto, estás haciendo todo lo posible para favorecer un buen sueño.
Dormir mejor correr más rápido
El ciclo de entrenamiento y adaptación es lo que hace que un corredor pueda llegar a ser más rápido y a estar en forma con el tiempo.
Durante esos períodos de descanso o entrenamiento invisible tiene lugar la reposición de las reservas de glucógeno (energía), la reparación de las fibras musculares y la producción de nuevas células sanguíneas, entre otros procesos.
Debemos tener presente que, aunque hagamos actividad física, factores como el estrés también afectan nuestro organismo y a la larga inciden en nuestro desempeño corriendo, por lo que es recomendable desconectarse de las preocupaciones del día con un buen descanso. Para quienes hacen actividad física de alta intensidad se recomienda que el sueño sea de entre 8 a 10 horas diarias. Recuerda que el descanso equivale a una mejor carrera.
Otro aspecto que pocos tienen en cuenta respecto al descanso es el que tiene que ver con el manejo de las lesiones. Aunque no lo creamos, si no dormimos bien incrementamos el riesgo de padecerlas pues perdemos agilidad y coordinación en especial si entrenamos muy temprano en la mañana.
Antes de dormir
También es recomendable comer al menos dos horas antes de ir a la cama, y procurar que sea una cena ligera para hacer más fácil el trabajo de digestión. De igual modo, se sugiere aprovechar este tiempo para compartir con la familia, pareja o amigos actividades relajantes, dejando de realizar trabajo, ejercicio o cualquier otra actividad exigente por lo menos dos horas antes de ir a dormir.
Una buena idea puede ser tomar un baño relajante, meditar, hacer oración o alguna práctica de respiración que incite al descanso. Hay todo un nicho de mercado que es cada vez más amplio, dedicado al tema del bienestar y la importancia de un buen sueño.
De igual modo, es de recalcar que no pasa nada si un día dejas de entrenar. Escuchar a nuestro cuerpo cuando se siente demasiado cansado para ejercirtarse es vital. A veces no se tiene esta habilidad tan desarrollada, y termina convirtiéndose en una decisión difícil de tomar, pero, recuerda, no hacerlo puede implicar una lesión que luego te deje más tiempo fuera de la carrera.
No siempre correr más es sinónimo de que sea mejor. Así que convierte el sueño en parte de tu entrenamiento. Ve poco a poco aumentando las horas de descanso procurando mantener un horario regular para ir a la cama, así como para despertar todos los días y verás cómo la calidad de tu sueño puede ayudarte a correr más rápido.
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