Los estudios muestran que la depresión entre los adolescentes y adultos jóvenes se ha vuelto más común durante la última década. Una de las causas a las cuales se le atribuye, es el uso de las redes sociales, ya que esta tarea también ha estado en aumento durante el mismo período. Es difícil decir con certeza que las redes sociales causan depresión. Sin embargo, hay varias formas en que el uso de las redes sociales podría dañar a los niños.
Algunos expertos piensan que conectarse en línea es menos satisfactorio emocionalmente que hacerlo en persona. Las investigaciones muestran que los adolescentes que pasan más tiempo en las redes sociales también se sienten más aislados.
Otra teoría es que las redes sociales son perjudiciales para la autoestima de los adolescentes. Ver muchas fotos perfectas en Internet puede hacer que los niños y niñas se vean a sí mismos de manera negativa. Sentirse mal consigo mismo puede provocar depresión.
Las redes sociales también pueden reducir el tiempo que los niños dedican a actividades que los hacen sentir bien, como hacer ejercicio, estudiar, ver documentales y otros pasatiempos. Además, puede distraerlos de realizar tareas importantes como la tarea escolar. Los estudios también sugieren que el uso de las redes sociales durante la noche interfiere con el sueño reparador de muchos adolescentes.
Como prevención, lo que se recomienda es estar atento a los signos de depresión y buscar ayuda profesional si está preocupado. Es especialmente importante prestar atención a los niños que están muy estresados.
¿Cómo intentar evitarlo?
Para nadie es un secreto que el ejercicio físico es una actividad física que no sólo sirve como entretenimiento si no que además ayuda a la salud tanto física como mental. Y más para los niños, en especial correr los puede mantener entretenidos por mucho tiempo y así evitar estar un exceso de tiempo en redes sociales.
Por ejemplo, la práctica del running logra en las personas establecer una meta clara a cumplir por la cual se trabaja día a día hasta lograrlo. Y no solo en términos de correr y completar 5, 10 o 21 k, sino también en diferentes aspectos del día a día como alimentación, sueño, enfoque personal. Esto permitirá que los niños y jóvenes adolescentes alejen esos pensamientos depresivos para sustituirlo por retos personales que les ayuden a valorar la vida.
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