¿Qué es una contractura muscular y cuáles son sus síntomas?
La contractura muscular se produce por la contracción del músculo de forma constante, dejándolo en una tensión continuada que provoca dolor. Es una lesión popular en la sociedad, afectando a muchas personas, no solo a aquellos que practican deporte. La contractura muscular puede provocar que no se pueda realizar gestos cotidianos sin que esto implique que el dolor aparezca. La contractura en la espalda es una de las más recurrentes.
¿Cuáles son sus síntomas?
El músculo se contrae y no llega a relajarse, sigue contraído provocando hinchazón, y como consecuencia, hace que la zona se encuentre dura. Entre los síntomas más destacados se encuentran:
- Abultamiento en la zona, debido a la inflamación del músculo.
- Dolor, dependiendo de la gravedad será más intenso o suave.
- Movimientos reducidos y limitados, debido a la inflamación y la contracción del músculo.
¿Qué causa una contractura?
Una contractura puede ser causada por un sobreesfuerzo, durante o después del entrenamiento, o por una lesión grave. Dependiendo de la circunstancia se pueden encontrar tres tipos de causas de una contractura:
- Durante el entrenamiento. El esfuerzo excesivo, entrenamiento intenso o ausencia de entrenamiento puede favorecer la falta de depuración en la sangre produciendo tanto dolor como inflamación. Por ello, resulta muy importante no esforzarse por encima de lo que uno es capaz para evitar este tipo de contracturas.
- Posterior al entrenamiento. Tensión continuada del músculo después de someterlo a un entrenamiento intenso, provocando que el músculo sea incapaz de volver a relajarse.
- Lesión. A veces ocurre cuando el músculo se contrae alrededor de una lesión para protegerla y evitar que el daño sea aún mayor. Muchos expertos lo clasifican como esfuerzo residual.
También existen otro tipo de causas como el frío, estrés, deshidratación o la edad, sobre todo en personas de una edad avanzada.
Recomendaciones para tratar una contractura muscular
Siempre es importante acudir a un especialista que pueda revisar las contracturas e indique el tratamiento más adecuado que se debe aplicar:
- Masajes. Es probable que la contractura muscular requiera masajes para aumentar la circulación de la sangre y el músculo pueda empezar a depurar. También ayudará a relajar el músculo y a disminuir el dolor.
- Calor. El calor tiene un efecto relajante que consigue calmar el dolor de la contractura muscular. En muchas ocasiones, se aconseja aplicar alguna manta de calor para relajar la zona.
- Cremas. Las cremas pueden ayudar a tratar la zona afectada, por ejemplo, Bonflex Xtra Hot Cream ayuda a prevenir, calmar y disminuir el dolor de la contractura muscular. Es una crema que se compone de ingredientes y aceites naturales, por lo que garantiza su efecto positivo en la contractura muscular.
- Hidratación. Beber agua ayudará a evitar la contracción muscular continuada, cuanto más líquidos se consuman más complicado será que se produzca una contractura muscular.
- Postura corporal. La postura corporal también influye directamente en la aparición de contracturas musculares. Por ejemplo, no tener una postura correcta mientras se practica ejercicio puede provocar el aumento de contracturas, también lo hará las malas posturas al estar sentado mientras se trabaja o mientras se come. Incluso descansando, es probable que se adopte una mala postura.
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