Tomar una taza diaria de té verde o de café natural por la mañana; comer dos o tres piezas de frutas al día (que no estén demasiado verdes ni demasiado maduras, o sea: en su punto), y que sean frutas de la estación; que no nos falte una buena ensalada variada con germinados en el almuerzo y en la cena; sazonar las comidas con condimentos como el perejil, jengibre o curry ya que son alimentos antioxidantes muy eficaces y de rico sabor.
Y si nos apetece comer algo dulce recordemos que, además de la fruta, un pedacito de chocolate negro (sin leche) nos aporta una buena dosis de antioxidantes naturales.
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